lunes, 20 de noviembre de 2017

Somos probados por aflicciones y tribulaciones - tanto por las nuestras como por las de otros creyentes justos.


En estos momentos puede ser que estés sufriendo debido a las condiciones de pobreza que te encuentras, o por estar desempleado. Otros puede que estén siendo probados por enfermedades. Sin embargo, cualquiera que sea el caso, Dios puede estar usando estas pruebas y sufrimientos para exponer el espíritu de murmuración y quejas en nosotros. A Dios no le agradan las murmuraciones o las quejas. De hecho, permitió a Israel toda clase de opresiones por cuarenta años porque el pueblo se había convertido en un murmurador habitual. Y su opresión podía atribuirse a su lengua. El Señor nos advierte hoy: "Ni murmuréis como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor." (1 Corintios 10:10).

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