viernes, 21 de octubre de 2016

La oración brota del Espíritu Santo: “Dios ha mandado a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que grita: Abbá, Padre” (Gal 4, 6). Es el mismo Espíritu, que ora en el cristiano y le enseña “qué sea conveniente pedir” (Rm 8, 26) en la oración.


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